Estas son algunas notas de opinión que publiqué en su momento sólo para amigos. Ahora comparto estas con los alumnos para que conozcan mis ideas, las predicciones que hice en el pasado sobre temas del futuro y cómo aplico herramientas de economía en estos análisis.
De ninguna forma son papers académicos ni serán tomados en cuenta para exámenes.
Los que hayan estudiado economía se habrán topado con la definición que aparece en la mayoría de los libros que sostiene, palabra más, palabra menos, que la inflación es el “aumento generalizado y sostenido de los precios” o, dicho de otra manera, es la pérdida del poder adquisitivo de la moneda.
Es necesario tener presente la definición de inflación a la hora de pensar lo que presentaré a continuación. No es menor, sino que son necesarias, las palabras generalizado y sostenido.
La competencia perfecta es una entelequia creada por la economía neoclásica para definir qué sería una situación “ideal”. Entre otras cosas, en la competencia perfecta existen muchos oferentes y demandantes. ¿Cuántos? Los suficientes como para que ninguno de todos ellos tenga injerencia en la formación de precios (entendiéndose formación como el acto de fijar el precio de mercado).
En el extremo opuesto a la competencia perfecta encontramos al monopolio.
A diferencia de la situación anterior, en el monopolio sólo existe un oferente y, por ende, puede fijar el precio.
Es común escuchar a políticos, periodistas, economistas y muchas otras personas hablar en los medios y hasta, en alguna ocasión, en la academia de cómo en este caso el monopolio es una de las causas de la inflación.
A muchos economistas la existencia de un monopolio les genera escozor debido a que, al compararlo con la competencia perfecta, se descubre que el monopolio vende más caro y menos cantidad que dicha situación ideal (lo que, técnicamente, produce una ineficiencia… y los economistas odiamos las ineficiencias).
Es por esta razón que muchos sostenemos que la competencia es buena (porque la misma produce más bienes a menor precio que otras situaciones, como los monopolios).
Como el monopolio vende más caro que lo que ocurriría en competencia perfecta, no es de extrañar que esto pueda hacer pensar entonces que el monopolio genera inflación.
El problema de este último razonamiento es que parece obviar el hecho que el monopolio no desea aumentar el precio en forma sostenida, sino que desea maximizar su ganancia. Existe un precio que maximiza la ganancia del monopolio y, si nada cambia, el monopolista no tiene incentivo a cambiar dicho precio.
Reitero que, si nada más cambia, el monopolista no tiene incentivo a aumentar el precio por encima de ese precio que maximiza su ganancia.
Esto no es un hecho menor ya que, como vimos al principio, la inflación ocurre si los precios aumentan sostenidamente. Con lo cual el monopolio no puede generar inflación por sí sólo ya que no tiene el incentivo de continuar aumentando el precio, una vez alcanzado el precio que maximiza de su ganancia. Para que desee cambiarlo (tanto subirlo como bajarlo) algo más debería estar cambiando que va más allá de su deseo de maximizar el precio.
Resumiendo, los monopolistas no buscan maximizar los precios sino sus ganancias y existe un precio que lo hace. Subirlo sostenidamente en el tiempo es irracional.
Todo lo dicho hasta el momento, también aplica a las distintas formas de oligopolios que existen. Si nada más cambia, ni a los monopolistas, ni los oligopolistas, estarán aumentando los precios sostenidamente ya que eso terminaría haciéndoles perder dinero.
Cuando escucho a “economistas” decir que los monopolios o los oligopolios generan inflación, mi mente automáticamente reclasifica a dichas personas, como no economistas.
Publicado originalmente en Facebook el 16 de septiembre de 2020.
La Inversión Extranjera Directa suele ser, de hecho, sólo una pequeña fracción de la inversión total de un país. La mayor parte de la inversión es hecha por habitantes del país en cuestión.
Para entender por qué no sólo los extranjeros sino nosotros también no invertimos en la Argentina debemos entender la naturaleza humana.
En términos generales, hay dos tipos de personas: los adversos al riesgo y los amantes al riego. Los primeros tratan de evitar los riesgos (algo arraigado en nuestra naturaleza). Los segundos obtienen satisfacción en el propio riesgo.
Para entenderlo veamos un ejemplo. Imagínense que ustedes tienen 1.000.000 dólares (no usemos pesos ya que hoy en día pocos los quieren). Les digo que pueden invertirlos en un negocio que en un año les dará 20.000 dólares de ganancia. De esta forma, al final de año tendrán 1.020.000 dólares. Obviamente no es mucha ganancia, pero es 100% segura.
La otra opción es que invierta en contratar un escuadrón de mercenarios para tomar una mina de diamantes en algún país olvidado por Dios. Si los mercenarios ganan, usted obtendrá 10.000.000 de dólares, pero si pierden, usted lo perderá todo. Obviamente preguntará e indagará para tratar de determinar cuánta es la probabilidad de ganar y perder, ya que usted no invertirá si no existe posibiliada alguna de ganar. O sea, si es amante al riesgo estará dispuesto a aceptar menores probabilidades de ganar que si es adverso al riesgo.
Usted podría pensar que no se invierte en la Argentina porque es como el segundo caso (alta probabiliades de perder) y, por ende, hay pocos que desean invertir, pero está equivocado. La verdad es que la Argentina es un tercer caso: usted invierte el millón de dólares y al final del año (luego de los sindicatos, los impuestos, los cambios de reglas por parte del Estado, la falta de protección de la propiedad privada, la “solidaridad”, el castigo por ser empresario, etc.) usted sólo se llevará 500.000 dólares o, tal vez, nada. No hay probabilidad alguna de que usted gane. Pero, si por algún milagro o error estadístico, usted lograra ganar dinero, le aseguro que se le pondrá algún impuesto para corregir el desvío.
Es por eso por lo que no se invierte en Argentina, ya ni siquiera somos ese país olvidado por Dios.
Publicado originalmente en Facebook el 28 de junio de 2020.
La discusión entre salud y economía es estéril.
No se trata de cuarentena (salud) vs economía (muerte), sino entre muerte y muerte. No se están salvando vidas sino que se está decidiendo quiénes sufrirán y morirán. Pero no debemos engañarnos. El costo es siempre sufrimiento y muerte. En estas situaciones, los extremos suelen ser malos.
La economía no es más que los seres humanos actuando entre ellos, su interacción. La economía no es algo inhumano, sino todo lo contrario. Son los humanos generando contratos entre ellos, desde complejos contratos entre corporaciones hasta un niño comprando un caramelo en un quiosco. Todo eso es economía.
Existe una correlación negativa entre pobreza y esperanza de vida (más precisamente entre productividad y esperanza de vida). O sea, los países más ricos tienen una mayor esperanza de vida que los países más pobres. De hecho, simplemente, los ricos viven más que los pobres. Esta verdad de Perogrullo parece escapársele a muchas personas hoy en día. Hay innumerables trabajos sobre este tema, siendo el de Samuel Preston uno de los primeros en exponerlo.
Esto significa que cuando una economía cae, aumentan los pobres y, por ende, las personas mueren más jóvenes.
Gráfico: Preston, S. H (1975). "The Changing Relation between Mortality and Level of Economic Development". Population Studies. 29 (2): 231–248.
Publicado originalmente en Facebook el 13 de mayo de 2020.
La situación de Argentina es muy complicada. Me gustaría poder prever un futuro prometedor pero lo que observo se resume en los siguientes puntos
1) El Default. Se arregle o no ya no es importante. Sería mejor arreglar, pero aún arreglando el Estado no tendrá acceso a crédito a tasas razonables. Los privados también tendrán problemas en acceder a créditos externos. En el mercado interno, como el Estado devora todo el ahorro privado, será difícil que los privados accedan a crédito interno a tasas razonables.
2) La Recesión está destruyendo gran parte del sector privado. La cuarentena no sólo aceleró el proceso recesivo, sino que terminó de profundizarlo. Menos trabajo, mayor pobreza y hambre.
3) La Inflación sólo va a aumentar, con altas probabilidades de entrar en una Hiper. La emisión ha llegado niveles astronómicos.
4) El Neopatrimonialismo se comió al Estado. Lo peor que desde los K, se cambió a los burócratas, que cuando menos sabían algo de lo que hacían, por militantes que no tienen ni idea de lo que hacen, más allá de robar. Los M no sólo no lo arreglaron, sino que lo empeoraron. O sea, nuestro Estado es aún más ineficiente y corrupto que el promedio mundial.
5) La Pandemia. A no ser que aparezca la vacuna y nos llegue rápidamente, vamos a acumular muertos. Aún no le dieron al personal de salud todos elementos de protección, no logran tener un número significativo de nuevos respiradores, no logran ni custodiar los geriátricos, no logramos testear, etc. Todo esto es empeorado por el punto anterior.
Nos va a llevar mucho tiempo salir de esto porque esta vez no hay ninguna de las características "positivas" que tuvimos en crisis pasadas. Ahora tenemos todas y sólo las negativas.
El último punto que enumeré ha sido la naturaleza, pero los primeros cuatro han sido resultado de décadas de trabajo arduo para llevarnos hasta aquí. Los países que tienden a ser economías planificadas fracasan, los que tienden a ser economías de mercado son exitosos.
“No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo”, Giacomo Leopardi.
Publicado originalmente en Facebook el 2 de febrero de 2020.
En el año 1969, Jan Tinbergen recibía el premio nobel. Entre otros aportes, Tinbergen nos ha proporcionado una regla, un principio: para cada objetivo de política económica se precisa, cuando menos, un instrumento de política económica dedicado exclusivamente a dicho objetivo. La palabra clave es exclusivamente. Esto es especialmente importante cuando, encima, los objetivos son contrapuestos.
El 27 de enero de 2020, el BCRA acaba de informarnos que con la política monetaria alcanzarán no uno sino varios objetivos (y, para poder gritar bingo, varios de ellos se contradicen abiertamente).
En otras palabras, la Argentina quiere seguir sirviendo de laboratorio para ver si podemos demostrar que la gravedad es un error estadístico y la venceremos.
El BCRA también nos han informado que van a seguir emitiendo para pagar el déficit fiscal y, mientras eso se haga, agárrense fuerte porque nada más importa. El texto del anuncio dice:
“En el contexto de la emergencia económica y social descripta, y de una situación crítica en lo que hace al acceso al mercado de crédito voluntario externo, el Banco Central de la República Argentina considera necesario asistir excepcionalmente al Tesoro tanto en la eventualidad de pagos de deuda al exterior como, de ser estrictamente necesario y bajo límites prudentes que respeten el equilibrio en el mercado monetario, financiamientos en moneda local.
En tales circunstancias, y hasta tanto se pueda avanzar en esas definiciones, no es posible desplegar una estrategia de política monetaria donde se fijen objetivos específicos sobre la expansión de los agregados o la inflación.”
La maquinita seguirá, pero, además, alguien podría entender que la asistencia de la que habla el BCRA no sólo será emisión en pesos sino también uso de reservas. En ese caso, la gran pregunta sería: ¿qué harán con los encajes en dólares de la gente?
FUENTE: http://bcra.gov.ar/Noticias/BCRA-fijo-lineamientos-de-pol%C3%ADtica-monetaria270120.asp
Publicado originalmente en Facebook el 25 de octubre de 2019.
Es mentira que la Argentina ha probado diferentes “modelos económicos”. Para aclarar semejante, y tan tajante, afirmación que hago sólo daré dos ejemplos. El modelo “keynesiano” no dice “gaste a lo loco todo el tiempo”. Lo que dice, resumiendo mucho, es gaste en las malas y ahorre en las buenas. El modelo “neoliberal” (aunque tal cosa no existe como tal) dice cosas como “tenga superávit fiscal”. Si analizan el resultado fiscal verán que siempre tuvimos déficit fiscal, con la excepción de unos 4 años, a raíz de un ajuste tremendo realizado por Duhalde (y nunca hecho en la historia argentina). Déficit fiscal que cubrimos con emisión monetaria y endeudamiento, terminando siempre igual. El modelo “neoliberal” dice también cosas como “tenga un Estado chico (o pagable)”, pero no paramos de aumentar el gasto y los impuestos a medida que las décadas pasan. ¡En los últimos años, hemos superado el 40% de presión tributaria!
El modelo económico argentino es muy sencillo: (1) gastar cada vez más y siempre más de lo que se recauda (emitiendo y endeudándose), (2) siempre aumentar el tamaño del estado y los impuestos, y (3) cerrarse al mundo. No sería muy original si no fuera porque llevamos mucho tiempo ejecutando este modelo. Llevamos 9 décadas haciéndolo, con resultados desastrosos. Además, el modelo tiene un efecto acumulativo que hace que los resultados negativos sean cada vez peores y las variables vayan empeorando con el paso del tiempo.
El modelo económico argentino ha sido implementado tanto por gobiernos democráticos como también autoritarios. Además, ha sido implementado por todas las fuerzas políticas. Lo cual hace pensar que al pueblo argentino le gusta el modelo.
Por estas razones me atrevo a sostener y proponer que nuestro “modelo” merece llevar nuestro gentilicio. Somos un pueblo especial y merecemos que el mundo conozca las bondades de nuestro actuar. ¡El modelo económico argentino debe pasar a la historia como tal!
Hoy en día, enfrentamos una posible crisis (otra hiperinflación) que posee todo lo malo de las últimas dos grandes crisis (1989 y 2001) pero sin nada de las cosas buenas que teníamos en esos momentos. Por ejemplo, en el 1989 la pobreza y el desempleo precrisis eran menores que en la actualidad; en el 2001, no teníamos inflación. Además, en el 2001, teníamos capacidad ociosa. Hoy en día también la tenemos, pero con la diferencia que durante los 90s se había invertido y, por ende, dicha capacidad no era obsoleta como si lo es ahora. Estamos en estanflación sin inversión, endeudados, y con malos niveles en todo (educación, seguridad, salud, etc). Además, nuestra clase política, como siempre, demuestra un nivel de estadismo a la altura de una película de terror. La tormenta perfecta ha llegado.
¿Qué se discute en la política, en los medios de comunicación y hasta en la academia en general? Se discute si el agua moja. Por ejemplo, se discute si emitir genera inflación. Se discute cómo bajar la inflación, pero cuando alguien dice algo de bajar el gasto (así no se debe monetizar), se arrancan las vestiduras. La mayoría concuerda que bajar los impuestos es necesario y esencial, pero cuando alguien dice que eso significa bajar el gasto también, todos se siguen arrancando las vestiduras. Cuando se habla que hay que comerciar, y por ende abrirse al mundo (entre otras cosas por esta creencia que precisamos “traer dólares”), se arrancan las vestiduras hablando de la protección de la industria nacional. En otras palabras, aconsejo que inviertan en una fábrica de ropa porque parece ser lo único que tendrá demanda.
Nada indica que cambiemos a otro modelo. El iceberg está cerca.
Fuente: “Dos siglos de economía argentina” (Ferreres) entre 1961 y 2006; “La Argentina devorada” (Espert) entre 2007 y 2005
Fuente: “Dos siglos de economía argentina” (Ferreres)
Publicado originalmente en Facebook el 26 de marzo de 2019.
¿Por qué sigue habiendo inflación?
Nos dijeron que no imprimirían y nos mintieron. En la imagen se pueden observar los datos (fuente: www.bcra.gov.ar).
Sandleris asumió el 25 de septiembre de 2018. Si se fijan la Base Monetaria a principio de marzo había aumentado casi un 11% (la maquinita a full).
Cuando el dólar comenzó a subir, absorbieron con LELIQ lo que emitieron. Las LELIQ crecieron, desde que el nuevo presidente del BCRA asumió, el 31,4%. La situación es peor ya que la tasa es mayor que la que se pagaba antes.
Además de haber emitido se suman dos factores más:
1) No sólo la oferta de dinero aumentó, sino que la demanda de dinero viene en caída libre debido a la incertidumbre política que genera desconfianza en la gente (empujándola a deshacerse de los pesos) y la recesión que genera menor necesidad de circulante, debido a una menor cantidad de transacciones.
2) Existe un retraso entre que se imprime un peso y que este termina afectando los precios. Por lo que es muy probable que la inflación que estamos viviendo en estos meses sea resultado de pesos emitidos antes de la llegada de Sandleris. En los 90, después de implementada la convertibilidad seguimos teniendo inflación por varios meses debido a esto.
Una forma de resolver la inflación sería dejando realmente de emitir y cancelando todas las LELIQ. El FMI autorizó utilizar unos 9.600 millones de pesos. También autorizaron 20.000 millones para gastos sociales. En lugar de usarlos para esto se deberían usar para absorber las LELIQ. Con 29.600 millones se podría solucionar el problema financiero.
Aunque aún si se esterilizaran todas las LELIQ, se seguirá teniendo inflación por varios meses más debido al retraso anteriormente mencionado y también habría que ver cómo continúa la demanda de dinero. Pero, de hacerse, se lograría dejar libre la tasa a lo que el mercado fije (mucho menor de seguro que el 65% actual), con lo cual habría una reactivación económica (que generaría mayor demanda de dinero y de trabajo).
Si alguno se rasga las vestiduras porque no usaríamos el dinero en gasto social, les recuerdo que la inflación les pega más duro a las clases humildes.
Por último, si siguen emitiendo, todo esto no serviría para nada. Deben lograr superávit fiscal (secundario, muchachos… hablar de superávit primario es de chiquilines… la tarjeta de crédito hay que pagarla también).
Por supuesto, no creo que hagan ninguna de todas estas cosas.
Publicado originalmente en Facebook el 13 de agosto 2018.
Van varios amigos y conocidos que me preguntan qué va a pasar con el dólar. Para esto les contesto lo más conciso que puedo (si no quieren leer mucho -después de todo esto es la web y tantas letras juntas lastiman-, salten al punto 13… un número con suerte):
1) Si alguien les habla de algún valor específico que tendrá el dólar, los está macaneando (¡remitirse a la definición de macanear aportada por Bunge!). No es posible saber los precios futuros de las cosas. Si fuera posible, no existiría el problema del cálculo económico y, por ende, el socialismo sería factible.
2) Lo que sí podemos saber, pero no sin posibilidad de error, es si algo tenderá hacia un lado o al otro lado (¿pero como podemos equivocarnos en algo tan sencillo como decir si algo sube o baja… estamos macaneando?).
3) Desde que asumió Caputo en el BCRA, la Base Monetaria creció. Fuente: www.bcra.gov.ar
4) El punto anterior indica que hay más billetes y monedas. Esto significa un aumento de la oferta monetaria. Como todo bien, cuando aumenta la cantidad ofrecida, cae su precio (esto es, tal vez, una de las pocas cosas en las que no hay macaneo en la ciencia económica… ¿o sí?).
5) Entre el 14/6 y el 8/8, la cantidad de billetes y monedas en poder del público creció el 4,3%. Quiero agradecer a las entidades financiera por haber absorbido una impresionante cantidad de dinero (30%). ¡Gracias!
6) Si, lo que estoy diciendo es que, de hecho, la Base Monetaria creció más del 10% en sólo 2 meses. Esto se debe a la bola de merd… digo bola de nieve (LEBACs) que nos dejaron los kirchneristas y que los macristas supieron hacer crecer sin parar (¿no era que se endeudaban para no emitir y que no haya inflación?).
7) Aun ignorando que estamos en recesión y, por ende, la demanda de dinero debería caer, este aumento de la cantidad de billetes significa que el peso valdrá menos.
8) Como existe un retardo entre que se aumenta la base monetaria y esta afecta el precio, este aumento de la Base Monetaria nos afectará en el futuro.
9) ¿Entonces que nos afecta hoy? Tal vez, el hecho que el gobierno actual no paró nunca de aumentar la Base Monetaria desde que asumió. Estamos sintiendo lo hecho hace meses atrás.
10) ¿Cuál es el precio del dinero? A lo mejor algunos me responderán rápidamente el interés. Les recomiendo escarbar en sus conocimientos lo aprendido en Microeconomía I… llegarán a recordar (espero) que el precio del dinero no es otra cosa que su poder adquisitivo. En cambio, el interés es el precio del consumo inter-temporal. Si, la inflación es la pérdida del poder adquisitivo del dinero.
11) Como nuestro dinero vale menos a medida que la base monetaria crece, el peso vale menos. O sea, el peso vale menos contra todos los demás bienes. Esto incluye el pan, pero también incluye al dólar.
12) Si bien hay factores externos que han hecho que el dólar valga más, la verdad de la milanesa es que el peso no para de perder valor.
13) Todo lo anterior fue dicho simplemente para justificar la siguiente frase: el dólar seguirá subiendo porque seguiremos teniendo inflación (el peso continuará perdiendo poder adquisitivo). Si el gobierno utiliza las reservas, lo prestado por el FMI y algo más que consiga acá o allá, para esterilizar a las LEBACs (y deja de emitir)… la inflación comenzará a ceder un tiempo después de haberlo hecho (recordar el retardo). Estén atentos a esto (lo puden ver en www.bcra.gov.ar ustedes mismos).